El Cocuy Venezolano
Una herencia de nuestros aborígines muy poco valorada en nuestra tierra
La historia del Cocuy venezolano, se remonta al origen de su materia prima, la planta de Agave-Cocuy; ésta representaba para nuestras etnias un sustento importante para sus vidas. Los innumerables usos de esta planta, desde la producción de artesanías hasta la fermentación y obtención de un destilado con innumerables beneficios, incluso curativos, nos permiten reconocer su gran trascendencia.Muchos historiadores han aportado sus investigaciones acerca del Cocuy Venezolano, entre ellos, Miguel Acosta Saignes, que cita al padre Zaragoza, en su obra “Estudios de Etnología Antigua de Venezuela, Caracas 1961, p. 182”, comentando…(…)..”cómo los indios llaneros, a quienes, parte de ellos al menos, hemos venido relacionando con los Cocuy, o, gayones fabricaban ciertos tipos de licores. Así escribe Acosta: "...De las frutas, raíces y tubérculos, hacen además la chicha, o sea la bebida con que se embriagan, la machacan entre dos piedras (sic) y le echan agua en cantidad proporcionada y en vasijas de madera o de barro, la dejan fermentar y a los tres o cuatro días, como hace tanto calor se convierte en riquísima bebida; algunas de ellas son muy fuertes y embriagan pronto; otras son más suaves".
Por otro lado en el libro “En Viaje y Descripción de las Indias, 1539-1559”, dice Galeoto Cey, describe el proceso de hacer bebida fermentada denominando cocuiza, a la planta de la cual la hacían pero ahora sabemos su confusión porque realmente sería del cocuy que produce tanto fibras como bebidas. “licor beben aquellas gentes, porque agua nunca la ven ni la tienen… (los cogollos) allí los dejan cocer y estofar, después los sacan y los comen, que eso les sirve de pan y llámase cocuy...” A ello habría que agregar la extracción del “palmito” obtenido de la base del maguey cortado, la savia cruda calmante de la sed tremebunda en aquellos dominios de la sequía y los capullos de sus flores, conocidos como “bicuyes”, e indispensables como encurtidos y en la preparación de los consabidos ajiceros. Igualmente documentos, testimonios y costumbres, nos hablan de la importancia del Cocuy del Agave Cucuy en el estado Lara, siendo éste un elemento cultural aborigen de tipo religioso, alimenticio y medicinal. Su proceso para la obtención de éste extraordinario destilado venezolano, comienza con el corte del cocuy y su posterior cocción en un horno artesanal para hidrolizar los almidones".
El horno de raíz indígena, se hace cavando un hoyo en la tierra de diámetro y profundidad variables, generalmente consiste en un hoyo de aproximadamente un metro de profundidad por dos y medio de diámetro que se ha cavado en el suelo. Allí se colocan trozos de leña que con el fuego se convierten en brasas ardientes, sobre ellas se acomodan rocas calizas que refractan el calor y evitan que los tizones toquen las Cabezas de Cocuy, (en cada horno meten de 10 docenas de pencas en adelante, dependiendo del tamaño del horno), las cuales son apilados encima de las rocas en forma de pirámide que puede alcanzar unos dos metros de altura. La ruma de cabezas de cocuy es cubierta con las hojas de las pencas que antes se habían cortado a las plantas y sobre ellas arena o tierra. Todo es rodeado con ramas de cuji, para evitar que los animales se acerquen, especialmente los chivos. Este trabajo se deja de 6 a 8 días hasta que están bien horneadas las pencas.
Su condición clandestina, y/o artesanal de infraestructuras mínimas y provisionales, ha provocado que los hornos se caven en lugares sin ninguna protección a la intemperie, razón por la que sus productores aúnan al cuidado en el procedimiento, a la oración ante cualquier asomo de lluvia durante la fase de horneado, ya que ésta podría retrasar y hasta “pasmar” el proceso, perdiéndose así todo el trabajo. Luego de horneado el cocuy, las pencas son desgajadas para pilarlas, o son llevadas a una prensa rudimentaria para extraerle todo el guarapo posible, para luego colocarlo en pipas o tambores (especies de barriles de latón con una capacidad de 220 litros aproximadamente). En cada pipa o cuba como también le dicen, se coloca el jugo o guarapo de unas 20 a 30 cabezas de cocuy, dependiendo del tamaño que tengan, luego se le agrega agua; cuando el cocuy es puro jugo de penca no se le agrega nada, pero este licor no rinde mucho y sale muy costoso en horas hombres/trabajo, por eso generalmente se le agrega papelón o azúcar, y melaza (si es licor de pura azúcar), esto para acelerar el proceso de fermentación, y para que rinda. Una vez conseguido el punto exacto de fermentación, que la mayor parte de las veces se hace literalmente, “a ojos de buen cubero”, resulta un mosto o “guarapo venío” como también se conoce después que se para el proceso. Este mosto parece vino y sale de unos 5 a 7 grados de alcohol, entonces esta listo para el próximo paso que es hervirlo en el Ollón. Esta pieza es un pipote metálico acostado con dos huecos. En la parte superior de la caldera. Por uno se introducen el mosto previamente colado y una paleta que sirve para revolver el contenido, evitando que los sólidos sedimenten y se quemen, por que esto arruinaría el sabor de la bebida.
El primer líquido que se extrae puede llegar hasta los 80 grados de alcohol, y recibe el nombre de pringote y es muy utilizado con fines medicinales. En la destilación se van reduciendo paulatinamente los grados de alcohol. El cocuy que sigue al pringote oscila entre 75, 70, 65 grados y así se paulatinamente se va degenerando hasta llegar a un liquido con pocos grados de alcohol llamado aguaza. De el grado que se le de al cocuy y de acuerdo con las mesclas que se usen dependerá su denominación como cocuy de primera, de segunda o de tercera, según sea el caso. Los mayores antes decían que el mejor cocuy era el 7x8 (56º) y que era para hombres, pues para beber cocuy de este grado hay que tener una garganta a toda prueba, nada mas comparemos que el mejor wiski esta apenas por sobre los 40 grados de alcohol.
Para lograr altos niveles de calidad es necesario que el producto final contenga como materia prima un mínimo del 60 % de cocuy puro y 40 % de otros componentes como agua. papelon o azucar, una norma que la Asociación de Productores Artesanales de Cocuy que preside el nuevo productor de este rublo Foncho Zalazar, planea formalizar ante la Alcaldía de Urdaneta, entidad amparada por la ley para regular la producción artesanal de cocuy en el estado.
Son reconocidas como productoras de cocuy las poblaciones de Bobare, El Tocuyo, Quíbor y Siquisique, en el estado Lara. Sin embargo, el cocuy más apreciado de Venezuela se elabora en Pecaya, pequeño poblado de Falcón, donde se producen artesanalmente unos 200.000 litros/año. Este cocuy ha alcanzado tal nivel de calidad que ha obtenido la segunda denominación de origen que se otorga en este país después de la del cacao de Chuao.
Teniendo en consideración que cada planta de Agave cocui rinde solo una botella de bebida, que esta planta no se cultiva sino que se desarrolla en forma silvestre y que cada ejemplar tarda unos siete años en alcanzar su estado de maduración, el Estado Venezolano ha creado el “Programa Ágave” con la finalidad de impulsar la explotación de esta especie de una manera sustentable. De igual forma, la Gobernación del estado Falcón la ha declarado “patrimonio cultural de la región”.
El Amargo de Angostura, nuestro saborizante Venezolano
Para el año de 1817 , azotaba una epidemia de cólera a la población que luego se llamó Santo Tomás de Nueva Guayana, cuyo nombre había sido cambiado a Angostura, por estar enclavada en la parte más estrecha de río Orinoco, en nuestro bello país Venezuela. Esta imponente geografía, dio pie para que el médico Johann Gottieb Benjamín Siegert, médico Alemán, investigador de las plantas sudamericanas, desarrollase un medicamento un tanto amargo, de inusual sabor, pero de probada eficacia, para aliviar problemas estomacales. Veinte y cinco productos botánicos de nuestra basta geografía venezolana componen su mezcla: frutas tropicales, raíces, semillas aromáticas, cortezas, y una cantidad mayor de ingredientes, que aún hoy en día, se mantienen en estricto secreto, la sarrapia…es uno de ello.
Johann Sieger, trabajó como cirujano general en el ejército de Simón Bolívar, se casó con una hermosa dama Guayanesa, y para mediados del siglo XIX, se trasladó junto a su familia a la isla de Trinidad y Tobago, produciendo desde entonces este extraordinario producto, cuyo herederos lo distinguen como una mezcla nacida y comercializada desde Venezuela para el mundo.
El producto comenzó a venderse en 1.824 y se estableció una destilería para ese propósito en 1.830. Comenzó a exportarse a partir de 1.853 y en 1.875 la planta fue mudada de Ciudad Bolívar a Trinidad, donde todavía permanece.
El amargo en los Cócteles
Los amargos han sido un potente producto saborizante utilizado en muchas recetas de cócteles, un toque, o dos, le dan el justo sabor al cóctel. Algunos estudiosos han asegurado que El Amargo de Angostura, conocido como “Angostura Bitters” en los países de habla inglesa, es una mezcla de innegable valor. Su contenido alcohólico es cercano al 48%. El Amargo de Angostura es extremadamente concentrado y es un ingrediente clave en la preparación de muchos cócteles. De acuerdo a la información de la empresa, ante el curioso tamaño de la etiqueta, se dice que es el producto de la actitud de la gente del Caribe. Cuando alguien hizo el pedido del tamaño equivocado de la etiqueta, el error fue notado, pero nadie tomó la iniciativa de resolverlo, esperando que alguien más se encargara del problema.
Como nadie hizo nada para corregir el error, la empresa decidió mantener la botella con la etiqueta del tamaño equivocado y desde entonces se ha convertido en su “marca de fábrica”.
Rones Solera Venezolanos
Es mi intención que conozcamos, a través de ésta nota, la denominación "Ron de Solera". Gestado de una antigua práctica artesanal que tradicionalmente se había reservado los productores españoles de jerez o brandy , hoy lo reconocemos como un producto de altísima calidad, un destilado en el que se aprovechan las mejores cualidades de una guarda plena de tradición. El proceso Solera consta de la crianza en barriles o barricas (en el caso de los rones venezolanos se utilizan de roble limousin francés), el trasiego en cascada y la posterior crianza en toneles, le confiere al ron un cuerpo maduro y balanceado, asociado a la redondez del perfecto añejamient, hace de este tipo de ron una experiencia extraordinaria.
La técnica de solera destaca fundamentalmente por la distribución de los barriles en la zona de crianza. Estos se colocan en cuatro hileras (una sobre otra), considerando la calidad del producto terminado, se reconocen distintos niveles de los mismos, asociados al período de envejecimiento. Los rones madre, que generalmente tienen más de 25 años de envejecimiento (en Venezuela en algunos casos llegan hasta los 80 años de envejecimiento), se combinan con vaciados de alta pureza . Cuando el ron alcanza la madurez deseada, una porción es trasegada en cascada desde la hilera superior de barricas hasta la segunda, y así sucesivamente hasta llegar a la cuarta hilera, la más cerca del suelo (de aquí el nombre de Solera que significa, llegar a la del suelo). En Venezuela se elaboran bajo este método el Santa Teresa 1796 y el Carupano Solera Centenaria,
Deseo presentarles el Ron Santa Teresa 1796, desarrolado con motivo de la celebración de los doscientos años de la hacienda Santa Teresa.
Notas de Cata
Su extraordinario bouquet, destaca desde el inicio por perfumes a vainilla, azúcar morena, canela, clavo, torta negra venezolana…Esa maravillosa estructura olfativa en boca, logra un delicado equilibrio, destacando notas satinadas que en el primer asalta gustativo, se logra identificar el sabor a melasa, luego éste se define como un sabor dulce de la miel de flores silvestres, especies tropicales, confituras criollas. Ciertamente su elegancia, equilibrio y delicada complejidad y persistencia en boca, nos invitan a sensaciones placenteras de alta factura y orgullo venezolano.
Ron Ocumare Añejo premiado con doble Medalla de Oro en Madrid
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El Ron Ocumare Añejo que produce en Venezuela el Complejo Industrial Licorero del Centro, fue reconocido con Doble Medalla de Oro y como "Mejor en su Categoría"(Best in Category) en el rango de rones con envejecimiento hasta 5 años, en el Congreso Internacional del Ron, realizado recientemente en Madrid. El Ron Ocumare 12 Edición Reservada, de la misma casa, también se hizo acreedor de una Medalla de Bronce, en la categoría de rones entre 11 y 15 años.Los rones participantes en esta competencia fueron catados a ciegas por un panel constituido por jueces profesionales del mundo del ron y de las bebidas espirituosas, ante un notario público independiente de la ciudad de Madrid. Ninguno de los jueces que participaron sabía qué marca estaban catando, ya que se vertieron las muestras en probetas iguales que tan sólo llevaban un código.
Ron Ocumare Añejo acumuló doble premiación en oro por haber obtenido la mayor cantidad de puntos en su categoría, lo cual le hizo acreedor a la denominación "Best in Category", es decir, el mejor en su categoría.El Comisario encargado de garantizar todos los procesos fue el experto mundial en ron Luis Ayala, de los Estados Unidos, quien es reconocido como una eminencia en el sector. Ha escrito una importante variedad de libros del ron, entre los cuales se destacan "La experiencia de ron", "La Enciclopedia de bebidas de ron", "Ron de América", "La Guía del Comprador Ron" y la revista mensual "Got rum", publicación única en el mundo sobre esta materia. También es fundador de la Universidad de Ron, colaboró en el diseño de la copa Riedel para esta bebida, ha ayudado a numerosas empresas a mejorar sus formulaciones de ron y en 2002 recibió el "Premio de Platino, Lifetime Achievement", reconocimiento a la educación global y la promoción de ron.
Cata de Oporto Barros y Bombones Sander
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Los primeros dos bombones que degustamos fueron un palito de naranja confitada, obtenida a través del proceso de maceración de la concha de la naranja. Sander aplica un proceso desde el inicio de quitarle lo amargo a la concha de la naranja, luego de una cocción en almíbar durante quince días. Día a día se apaga y enciende el fuego, se le agrega azúcar al almíbar, se lleva a hervir nuevamente para aumentar su concentración. Durante el reposo de la noche, se da un proceso de osmosis, en el cual las células de la cáscara de la naranja se ablandan y absorben éste jarabe, poco a poco cada día se reactiva éste proceso con un jarabe de mayor concentración, a los quince días la concentración adentro de la concha es tan saturada como el jarabe, es el momento que ya se logra el nivel pleno; luego se cubre con chocolate amargo de 65%, éste comparado con el famoso 70%, el cual arroparía el sabor del relleno de naranja confitada, aporta un mejor resultado. Sander en su explicación, rcontinúa reconociendo en Venezuela al mejor cacao del mundo, el más aromático, el mal fuerte. Nuestro cacao es tan extraordinario, que Sander decidió bajarle un poco su nivel de concentración, para la elaboración de éste rico bombón. En su proceso destaca un blend o mezcla, hecho por Sander con licor obtenido del mismo chocolate, para otorgarle características propias. Logrando una respuesta bastante afrutada, algo que muy bien conviene en ésta cata, ya que funciona muy bien con el Oporto.